El grabado del autor se divide en vertical en dos partes claramente diferenciadas. A la izquierda se lee una letanía paranoica crítica escrita a mano y a la derecha se recoge una textura de clavos.

La intervención artístico-pedagógica se extiende desde la obra por la pared siguiendo los procedimientos que presenta la obra. A la derecha se clavan en la pared clavos y tachuelas semejeantes a las que aparecen representadas en la imagen del grabado, y en el lado izquierdo se escribe con lápiz, directamente en la pared, una breve texto autobiográfico junto a la letanía que escribió Dalí. Así quedan repetidas y expandidas las texturas que Dalí usa en su obra.

Esta propuesta pedagógica supone una nueva manera de enfrentarse y comprender esta obra de Dalí. El objetivo no es explicar que la obra es un comentario que Dalí hace del cuadro de Vermeer sino analizar las sensaciones estéticas que produce la obra en sí. De este modo, se propone al espectador que construya una nueva narrativa visual a partir de los elementos que Dalí usa en su obra: la escritura paranoico-crítica y la textura a partir de clavos.

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