Esta acción transcurre entre las obras de dos artistas muy distintos. La escultura de J. López representa la documentación de un objeto a través del dibujo. Evoca la idea de preservar el conocimiento a través de nuestra huella. La obra de Tápies nos recuerda por sus texturas la huella de la acción humana.

​La primera acción está relacionada con la obra de J. López. Se pidió a los visitantes presionar en su mano en un trozo de arcilla, el cual se convertía en un molde en negativo de su mano. Las esculturas creadas se colocaron alrededor de la obra del artista simbolizando la huella de los visitantes por su paso por el museo. Dadas las propiedades de la arcilla, esta dejaba una marca de color en la piel que coincidía con el color y la textura de la obra de Tápies. Se invitaba los visitantes a dejar su huella alrededor de ésta, arrastrando su mano por la pared y continuando así la obra del artista. Para eliminar por completo el rastro de arcilla en las manos, se utilizaron toallitas en las cuales el espectador dejaba una última huella de su visita. El conjunto de toallitas utilizadas se depositaron debajo de la obra de Tapies añadiendo al conjunto otro espacio de representación metafórica de la huella.

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