Esta instalación está compuesta por un panel pintado color pizarra, donde el visitante puede interpretar la textura del cuadro aplicando trazados con tiza blanca y borrador, creando así una atmósfera que envuelve y continúa las veladuras que componen la obra. El resultado de esta instalación es una gran extensión trazados blancos de distintas texturas y fuerzas que abraza la obra original de Gabino. La composición tan llamativa de la obra de Gabino destaca en la instalación ya que la aportación de los visitantes la acentúa mediante sus dibujos sucesivos.

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