Antoni Tàpies, La Llum (1992).

Aguafuerte sobre papel.

Ver obra.

 

Alberto Schommer, La Alhambra (1997).

Fotografía 32 x 46 cm.

A partir de la fotografía y el grabado de referencia, las personas participantes, primero, fotografiaban la fotografía de Alberto Schommer con una cámara digital, inmediatamente después imprían su fotografía con una impresora de blanco y negro y, en tercer lugar, encima de su fotografía impresa dibujaban con lápiz su pie. Esta acción se fundamenta en la idea de huella que Tápies trata en la obra a través de los diferentes grafismos que realiza. En nuestro caso, nos centraremos en la silueta del pie como metáfora vinculada directamente a la huella, al rastro que va dejando continuamente el individuo a su paso. La fotografía de Schommer muestra el símbolo más importante del patrimonio granadino: La Alhambra. Si combinamos las ideas que nos sugieren estas dos obras juntas, podríamos hablar de las sinergias y vínculos que se crean entre el patrimonio cultural y los habitantes de la ciudad de Granada. En este caso, la propuesta de intervención artística consistió en una mezcla de macro y micro identidades donde cada visitante, primero fotografiaba la obra de Schommer con una cámara digital para esta ser impresa inmediatamente en blanco y negro. Finalmente, dibujaba la silueta de su huella del pie con un lápiz sobre esta fotografía impresa. Se realizaba a modo simbólico sobre el cielo de Granada. Se trataba de evidenciar, así, el rastro que los habitantes dejan en el patrimonio a la vez que el que el patrimonio deja huella en cada uno de nosotros.​

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