La instalación surge como práctica artística experimental en la cual indagar y hacer reflexiones entorno a la manera que tenemos de concebir, la casa, el hogar, nuestra escuela y la comunidad en la que habitamos. En este caso, la reflexión crítica se plantea al propio alumnado de la escuela Santa Clara de Asís, en Tegucigalpa. El planteamiento es práctico aunque se dan unas pautas y se introduce un pequeño debate que da pie a la intervención artística.
La instalación Repensando mi escuela, mi comunidad, tiene varias fases de creación. Primero la manipulación de la arcilla, el contacto y el encuentro con el material que se va a utilizar. La instalación parte de crear mediante la arcilla múltiples figuras tridimensionales, simplificadas y alargadas que construyen el núcleo social de la comunidad. La manera en la que se plantea la elaboración de los personajes anónimos nos recuerda a las esculturas figurativas de Alberto Giacometti.
En la segunda fase de construcción de la instalación se introduce objetos cotidianos en el aula como mesas, sillas y libros que dan forma a la estructura final. Los objetos son manipulados y cubiertos con arcilla cambiando su apariencia estética, se le da un aspecto más carnoso y natural. De alguna manera, la instalación adquiere rasgos fantásticos que facilitan la construcción imaginaria del mundo en el que habitan las figuras anónimas que crea el alumnado. A su vez, que el alumnado da forma a la estructura de la instalación se van disponiendo las figuras humanizadas por diferentes espacios y alturas de la estructura.
Cuando el grupo de alumnos y alumnas llega a la «sala de creación experimental» se pretende provocar que piensen en lo que se esta creando, y que reflexionen sobre los diferentes estatus y paradigmas en los que esta asentado su sistema educativo, familiar, social en el que conviven. Intentando motivar al alumnado en que desarrolle un pensamiento crítico y comprometido con su realidad social.
En referencia a los espacios que se crean, la casa, la escuela, son estructuras de cobijo, de protección, el lugar donde nos sentimos seguros y que hacen referencia a la obra autobiográfica de Louise Bourgeoise, instalaciones en las que nos muestra cubículos en los que reflexiona sobre cuestiones personales, creando discursos reflexivos entorno a los elementos con los que construye sus espacios, al igual que la instalación, Repensando mi escuela, Mi comunidad.
Entrada y fotografías realizadas por Verónica Muñoz-Repiso Rubio.